viernes, 23 de junio de 2023

Fast fashion

    Hace unos años traje una reflexión sobre los cursos express de enseñanza de idiomas que apodé como fast educación en el que abordaba el falso principio del proceso de enseñanza-aprendizaje. Como todo gira en torno a producir títulos sin conocimiento y a engullir y vomitar los conceptos incorporados mecánicamente.

    Hoy traemos un nuevo concepto fast fashion con el objetivo de tomar conciencia y crear un cambio de hábitos. El concepto de moda rápida surge con la comercialización de enormes volúmenes de productos que los consumidores pueden adquirir a precios asequibles. Llevamos unos años instalados en una dinámica, en el campo de la moda o de vestir, que afecta al medioambiente aparte de a nuestros bolsillos. Una forma de consumo en la que las prendas y tendencias cambian a la misma velocidad a la que cambian los gustos de los consumidores y viceversa. Se une la necesidad de la innovación en el mundo de la moda a la tendencia del consumidor de comprar y desechar compulsivamente. No hay que pasar por alto el factor social, que tiene un peso notorio en la maquinaria de la ropa. El pensamiento instaurado en el colectivo social es: "Nadie quiere ser visto o fotografiado con las mismas prendas". 

    El impacto ecológico de esta industria es terrible. Producir una camisa de algodón consume 2.700 litros de agua, y la industria textil genera el 20% de la contaminación industrial del agua. Nos damos cuenta del alto consumo de recursos naturales, la utilización de productos químicos y la generación de vertidos y emisiones que causa. Se encuentra entre las más contaminantes del mundo y se ha vuelto increíblemente derrochadora y perjudicial para el medioambiente.

Extraído de Bona, C. (2023). Educación sostenible. Barcelona: Plaza Janés.

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