Una pregunta recurrente en lo que atañe a las dificultades de las modernas comunidades es hasta qué punto son víctimas de sus propios valores. Por ejemplo, se ha observado a menudo que los campesinos son muy desconfiados de las innovaciones y se aferran a sus viejos estilos de hacer las cosas. George Foster ha desarrollado una teoría general basada en el concepto de la "imagen de la limitación de lo bueno". Según Foster muchas poblaciones en el mundo entero creen que la vida es una lucha monótona, que muy poca gente puede triunfar y que solo pueden mejorar su vida a costa de los demás. Si alguien intenta algo nuevo y lo consigue, el resto de la comunidad lo toma a mal, se vuelve envidiosa y desprecia al individuo progresista. Esta es la razón por la que muchos que desean cambiar su estilo de vida teman hacerlo por si acaso despiertan la envidia y hostilidad de sus amigos y parientes.
Aunque no cabe duda de que una imagen de la limitación de lo bueno existe en muchas comunidades, no está claro el papel que desempeña en impedir el desarrollo económico. Como sugiere Foster, la imagen de la limitación de lo bueno no es una ilusión paralizante, sino una evaluación realista de los hechos de la vida en una sociedad en la que el éxito o el fracaso económico es caprichoso y depende de fuerzas que escapan totalmente al control o a la comprensión de los lugareños. El desarrollo no ocurrirá sin oportunidades económicas realistas. Si las oportunidades se presentan, algunos individuos siempre las aprovecharán, prescindiendo de la imagen de la limitación de lo bueno.
Extraído de Harris, M. (2021). Antropología cultural. Capítulo 11: Grupos estratificados: clases, castas, minorías y etnias. Alianza editorial: Madrid.
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