jueves, 28 de enero de 2021

Pedagogía del miedo

Los miedos pueden ser, y de hecho son, útiles y rentables. Pero no todos esos temores son iguales, ni responden a las mismas causas ni tienen los mismos efectos. Se suele distinguir entre miedos naturales y culturales. Los naturales son los más comunes y continuos: son el miedo al dolor y a la muerte, manifestados mediante diversas formas: enfermedad, abandono, violencia de género, criminalidad..., o el miedo a lo desconocido, al mar, al olvido... Los miedos culturales son aquellos que comparten ciertos grupos y durante un periodo concreto, como por ejemplo el miedo de las autoridades a perder poder y legitimidad, el de las élites a perder su posición social, el de los cristianos a la excomunión...

Un uso interesado o disciplinado de los miedos puede lograr estabilidad social, mantener privilegios, manifestar debilidades individuales o colectivas, etc. Algunos miedos han sido históricamente manipulados con objetivos didácticos y moralizantes: el miedo al naufragio como castigo a los pecados de los tripulantes, el miedo a la enfermedad y a la muerte como forma de extender una vacuna, el miedo al crimen para justificar el castigo y el temor a éste para prevenir el delito.

No obstante, el temor también ha sido utilizado para controlar el hábito y conducta de los niños, tanto en la escuela como en el hogar y ha cobrado persistencia en la educación tradicional, con intimidaciones, golpes y castigos, desde la antigüedad se vislumbra un miedo más psicológico: a través de cuentos e historias con monstruos se ha generado un conductismo siniestro para atormentar y controlar la conducta de la niñez.

Tenemos ejemplos en la historia en los que la pedagogía del miedo fue un herramienta fundamental para el control de las conciencias. Por ejemplo, en nuestro país no se temía a la Inquisición por la tortura o por el rigor atroz de las penas, sino por miedo. La pedagogía del Santo Oficio se basó en inocular miedo a ser denunciado, a ser infamado o a caer en la miseria por la ruina que suponía la confiscación de los bienes y el destierro.

Vivimos una época en la que se están reinventando y difundiendo miedos originales o primarios. Son temores que se han mantenido en el tiempo, pero que están siendo relanzados aprovechando determinadas circunstancias económicas, sociales y mentales. Los riesgos para la convivencia son enormes, y no sólo por la potencial violencia y el aislamiento del grupo familiar. El fin es la interiorización de la desconfianza y la inseguridad. Con miedo es imposible recuperar el sentido de comunidad y la tranquilidad para habitar la ciudad.

martes, 26 de enero de 2021

Modelo SAMR, las TIC en el proceso educativo

SAMR son las siglas en inglés del proceso que se debería seguir para mejorar la integración de las TIC en el diseño de actividades (Substitution, Augmentation, Modification, Redefinition) y se justifica en la necesidad de mejorar la calidad de la enseñanza y garantizar un sistema de promoción social que garantice la equidad. Fue elaborado por Rubén Puentedura.

Se basa en un modelo de dos capas y cuatro niveles:

  • Mejora:

    • Sustitución: La tecnología se aplica como un elemento sustitutorio de otro preexistente, pero no se produce ningún cambio metodológico. Un ejemplo de este estadio sería la creación de un texto con un procesador o de un mapa mental con Cmaps o cualquier otra herramienta.

    • Aumento: La tecnología se aplica como un sustituto de otro sistema existente pero se producen mejoras funcionales. A través de la tecnología y sin modificar la metodología, se consigue potenciar las situaciones de aprendizaje.

  • Transformación:

    • Modificación: A través de las tecnologías se consigue una redefinición significativamente mejor de las tareas. Se produce un cambio metodológico basado en las TIC. A través de aplicaciones sencillas nuestros alumnos pueden crear nuevos contenidos y presentar la información integrando distintas tecnologías. La creación de un vídeo en el que el alumno resume un libro y los comentarios de sus compañeros al vídeo, debatiendo los puntos clave (por ejemplo en YouTube) es un ejemplo de este estadio.

    • Redefinición: Se crean nuevos ambientes de aprendizaje, actividades, etc. que mejoran la calidad educativa y que sin su utilización serían impensables.

Para poder movernos en estos niveles e ir ascendiendo en el modelo SAMR, Puentedura propone una serie de cuestiones:

  • Sustitución ¿Qué puedo ganar si sustituyo la tecnología antigua por la nueva?

  • Paso de la fase de Sustitución a la de Aumento:

    • ¿He añadido alguna nueva una funcionalidad en el proceso de enseñanza/aprendizaje que no se podía haber conseguido con la tecnología más antigua en un nivel fundamental?

    • ¿Cómo mejora esta característica a mi diseño instruccional?

  • Paso de la fase de Aumento a la fase de Modificación:

    • ¿Cómo se ve afectada la tarea que se va a realizar?

    • ¿Esta modificación dependerá del uso de la tecnología?

    • ¿Cómo afecta esta modificación a mi diseño instruccional?

  • Paso de la fase de Modificación a la de Redefinición.

    • ¿Cuál es la nueva tarea?

    • ¿Va a sustituir o complementar las que realizaba anteriormente?

    • ¿Estas transformaciones sólo se realizan si aplico las nuevas tecnologías?

    • ¿Cómo contribuye a mi diseño?


jueves, 21 de enero de 2021

Taxonomía de Bloom

La taxonomía de Bloom es una clasificación de diferentes objetivos a lograr a través de la educación formal, realizada por Benjamin Bloom en base a los tres aspectos que diferentes expertos en educación habían reflejado en 1948 al intentar establecer un consenso respecto a los objetivos de la educación: cognición, afectividad y psicomotricidad. Se trata de una clasificación de objetivos llevada a cabo de forma jerárquica, organizada en base a si la actividad requiere de un procesamiento más o menos complejo. El autor partió en su clasificación de las aportaciones del conductismo y el cognitivismo imperantes en la época.

El aspecto en que quizás se haya puesto mayor énfasis a lo largo de la historia de la educación, y en el que también se centra especialmente la taxonomía de Bloom, es en la esfera cognitiva. Se pretende potenciar la competencia del estudiante en el logro o consecución de determinadas capacidades u objetivos cognitivos a partir de diferentes capacidades intelectuales, afectivas y psicomotrices. A continuación describiremos brevemente varias capacidades:

El nivel cognitivo hace referencia a cómo procesamos la información.

  • Conocimiento entendido como la capacidad de recordar lo previamente adquirido de manera más o menos aproximada. Se considera la más básica de las capacidades que el alumno debe adquirir y la que menor procesamiento requiere.

  • Comprensión ser capaces de transformar la información tal cual nos llega en algo que podemos llegar a comprender e interpretar.

  • Aplicación en este momento el sujeto no debe solo captar y entender lo que se le dice sino también ser capaz de emplearlo.

  • Análisis supone ser capaz de abstraer el conocimiento obtenido en los anteriores momentos, requiriendo la capacidad de fragmentar la realidad de lo aprendido de cara a distinguir qué lo configura y permitir la aplicación en diferentes ámbitos.

  • Síntesis supone elaborar de forma resumida un modelo, combinando la información recibida para crear algo diferente de lo aprendido. Es uno de los objetivos cognitivos más complejos, ya que supone no solo trabajar con la información aprendida sino también incorporar otros elementos que nos sirvan para obtener su base y aplicarla para crear.

  • Evaluación supone principalmente el hecho de ser capaces de emitir juicios en base a un criterio u opinión fundamentada.

El nivel afectivo trata de ver qué papel juegan las emociones en el proceso de aprendizaje. Aquí se analizan los sentimientos, las emociones, los intereses…

El nivel psicomotor permite ver cómo intervienen nuestras habilidades corporales, destrezas de tipo motor, coordinaciones musculares y neuronales en el desarrollo del aprendizaje.

La taxonomía permite jerarquizar los procesos cognitivos en diferentes niveles y sirve para facilitar las labores de evaluación. Puesto que a cada nivel se le puede asociar unos verbos, estos pueden ser usados para concretar objetivos de aprendizaje.

Para formular los objetivos hay que tener en cuenta el nivel de desarrollo de los alumnos, así como la congruencia con las actividades y tareas propuestas para trabajar los contenidos, planteándose y describiéndose, siempre, en infinitivo. También se puede utilizar para crear ejercicios, actividades y tareas, viéndose realizada en el punto más álgido de su cima mediante el trabajo por proyectos.

Aunque esta taxonomía represente diferentes niveles del proceso de aprendizaje, esto no implica que los alumnos siempre comiencen desde el nivel más bajo, para luego subir a otros niveles, sino que el proceso de aprendizaje se puede iniciar en cualquier punto.

martes, 19 de enero de 2021

Efecto Halo en la educación

El efecto halo consiste en afirmaciones exageradas o irreales sobre destrezas, capacidades o atributos de una persona o de una cierta circunstancia. El efecto halo es un error asociado a personas que no cuentan con datos suficientes y poseen elevada incertidumbre al emitir sus juicios. El Efecto Halo, ocurre con los juicios de carácter social que se realizan a partir de las opiniones de expertos reconocidos en un área concreta del conocimiento, cuando se refieren a asuntos fuera de su ámbito profesional, donde se "presupone" que el conocimiento de la persona abarca cuestiones de la más diversa índole por causa de alguna suerte de capacidad sin determinar (esta capacidad o atributo sería ese "halo" al que se refiere). Este efecto se da en muchos ámbitos de la vida cotidiana, incluyendo en las aulas y en procesos judiciales. El nombre de efecto halo fue acuñado por Edward L. Thorndike.

Abikoff encontró que el efecto halo está presente también en las aulas. En concreto los profesores tienen tendencia a identificar bien el TDAH en los niños que de verdad lo padecen, pero también tienden a adjudicárselo a los niños que presentan otros problemas como trastornos oposicionistas-desafiantes. Otro ejemplo, si hay un alumno en el aula que es muy extrovertido o simpático, y ese es un rasgo de personalidad que a mí como docente me agrada, tenderé a valorar sus conductas positivas por encima de su valor real y a las negativas le restaré importancia o simplemente las obviaré. O también se podría dar el caso contrario, es decir que si un alumno no termina de caerme bien, no contemple sus conductas de un modo objetivo, sino en función de cómo lo percibo a él o ella en su totalidad.

jueves, 14 de enero de 2021

La estrategia de programación multinivel (EPM)

La Estrategia de Programación Multinivel (EPM) tiene como objetivo principal trabajar con los alumnos y alumnas del aula, atendiéndolos a todos y permitiendo que cada uno llegue a desarrollar sus capacidades de la mejor manera posible, sin obstáculos ni limitaciones. Se trata de una propuesta de programación didáctica que permite un aprendizaje más autónomo, al desplazar el foco del docente al estudiante. Constituye una herramienta asequible que posibilita que el docente se adapte a la estructura cognitiva del alumno y adopte el rol de guía durante todo el proceso educativo, además de otra forma de planificar la atención a la diversidad en el aula desde una perspectiva inclusiva, porque posibilita que cada alumno y cada alumna encuentre, respecto al acceso y desarrollo de un contenido, actividades acordes a su nivel de competencia curricular, y estas les permita el progreso, y la implicación, de manera personalizada.

La EPM toma sus principios de la enseñanza o instrucción personalizada desde un planteamiento realista, adaptado a las necesidades actuales de alumnos, docentes y familias. Una estrategia básica que nos permite trabajar desde diferentes metodologías, sin dejar de lado a nadie y sin sacrificar la consecución de un buen nivel educativo.

Un único diseño de unidad didáctica o lección debe servir para enseñar a todo el alumnado del aula. Esta premisa nos lleva a la idea de que la mejora de los recursos y la ratio es posible, pues varios docentes pueden intervenir a la vez en el aula. A su vez, permite que todo el equipo docente que interviene en el grupo o clase trabaje de manera horizontal con todo el alumnado, eliminando así la verticalidad que producen las clases ordinarias y la clasificación y diferenciación que por clases flexibles, especializadas, de apoyo o de refuerzo.

Es un tipo de planificación de la enseñanza y de programación curricular que, desde su concepción inclusiva, se anticipa a las variadas características, posibilidades y necesidades de todo el alumnado de una clase. Lejos de considerarlos uno a uno, los toma como grupo. Se trata de poder diseñar aprendizajes para grupos que, entre sí, pueden tener amplias diferencias en sus habilidades.

El diseño multinivel es una estructura organizativa del currículum marco que se apoya en:

  • La taxonomía de Bloom

  • El enfoque de diseño universal del aprendizaje- DUA

  • La personalización del aprendizaje. PA

Hay que destacar que el proceso de diseño multinivel conduce a una base curricular común, elimina las adaptaciones curriculares y todo el alumnado puede promocionar dentro de sus posibilidades individuales. Las múltiples opciones de acceso y expresión, que evidencien el progreso de todo el alumnado, deben ser explícitas como una de las partes más importantes del diseño.

Las actividades multinivel ofrecen la presentación de una programación abierta y flexible con múltiples opciones de trabajo para el alumnado. A partir de la elección de las ideas clave de cada una de las unidades didácticas se diseñan diferentes formas de presentación y de desarrollo de las actividades. Propone actividades y materiales que responden a diferentes niveles competenciales. Permiten diferentes niveles de participación y de resolución, y diferentes opciones de evaluación del progreso del alumnado. Tal y como establecía Collicot, la propuesta de trabajo multinivel organiza respondiendo las siguientes fases de planificación:

  1. fase: Determinación de los contenidos subyacentes donde el profesor de la materia decide lo que es más importante de todo lo que se propone que aprendan los alumnos y que, considerándolo como el eje fundamental de su intervención, lo formule como meta de aprendizaje para todo el alumnado.

  2. fase: Determinación de las propuestas o canales de presentación de los contenidos a los alumnos. El profesor prepara diferentes formas de presentar la información de manera que todos los alumnos tengan acceso a la información.

  3. fase: Determinación de los métodos de práctica del alumnado. El profesor prepara diferentes opciones de trabajo en el aula para el alumnado de manera que todos pueden participar, aunque sea parcialmente en algunas actividades, y tengan oportunidades de trabajar en el aula para aprender los contenidos determinados en la 1ª fase.

  4. fase: Determinación de los métodos de evaluación del alumnado. Todos los alumnos deben poder mostrar sus progresos a través de uno u otro tipo de actividades que servirán de referentes para efectuar la evaluación.

  5. fase: Determinación de las evidencias de evolución y el progreso de los alumnos.

  6. fase: Revisión de la coherencia del conjunto de la programación planteada para dar respuesta a la totalidad del alumnado, incluido el alumnado con más dificultades.

  7. fase: Atendiendo a los resultados anteriores, reformulación del diseño de la programación multinivel planteada desde la primera fase. Determinación de mejoras.

No es estrictamente una metodología. Así, la EM puede y necesita ser empleada junto con otras metodologías diversas, activas y coherentes con la inclusión, pues los caminos que recorren no colisionan con el diseño multinivel. Aunque el diseño de la EM está pensado para favorecer el aprendizaje para todos, en aulas inclusivas, el hecho de utilizarlo no genera de forma automática inclusión, pues este modo de organización necesita de culturas y prácticas inclusivas, que den soporte al tridente que suponen prácticas, políticas y culturas inclusivas para transformar la educación.

martes, 12 de enero de 2021

Efecto Pigmalión y Efecto Golem en la educación

El efecto Pigmalión tiene su origen en un mito griego, en el que un escultor llamado Pigmalión, se enamoró de una de sus creaciones: Galatea. A tal punto llegó su pasión por la escultura que la trataba como si fuera una mujer real, como si estuviera viva. El mito continúa cuando la escultura cobra vida después de un sueño de Pigmalión, por obra de Afrodita, al ver el amor que este sentía por la estatua, que representaba a la mujer de sus sueños. Este suceso fue nombrado como el efecto Pigmalión ya que superó lo que esperaba de sí mismo y al creer que la estatua estaba viva esta llegó efectivamente a estarlo.

Rosenthal y Jacobson estudian y desarrollan el efecto Pigmalión desde la perspectiva de la teoría autorrealizada. Esta teoría la entendemos como uno de los factores que influyen en la motivación de los alumnos en el aula. Aparentemente parece que es un efecto mágico, pero no lo es, lo que ocurre es que los profesores formulan expectativas acerca del comportamiento en clase de diferentes alumnos y los van a tratar de forma distinta de acuerdo con dichas expectativas. Es posible que a los alumnos que ellos consideran más capacitados les den más y mayores estímulos, más tiempo para sus respuestas, etc. Estos alumnos, al ser tratados de un modo distinto, responden de manera diferente, confirmando así las expectativas de los profesores y proporcionando las respuestas acertadas con más frecuencia. Si esto se hace de una forma continuada a lo largo de varios meses, conseguirán mejores resultados escolares y mejores calificaciones en los exámenes.

El efecto Pigmalión positivo produce un efecto positivo en el sujeto, de forma que afianza el aspecto sobre el cual se produce el efecto, provocando un aumento de la autoestima del sujeto y del aspecto en concreto. Se denomina Pigmalión, entonces, al que sabe favorecer plenamente el potencial de otra persona. De aquella que, sintiéndose animada, ayudada, apreciada, puede desarrollar su pleno potencial. Los resortes que favorecen este desarrollo, son principalmente no verbales.

El efecto Pigmalión negativo o Golem produce que la autoestima del sujeto disminuya y que el aspecto sobre el que se actúa disminuya o incluso desaparezca. (El Golem es un ser de la mitología judía, fabricado a partir de barro, que se suelen representar como gigantes en altura, pero retrasados o torpes. De la imagen de los Golem parecen derivarse otros mitos como el de Frankenstein). Podríamos definir el efecto Golem, como el contrario al efecto Pigmalión. Aquellos niños sobre los que tenemos expectativas negativas o bajas, acaban actuando en base a esas expectativas. Si tenemos la idea de que un niño es torpe o es malo, muy probablemente el niño acabe desarrollando un comportamiento torpe o negativo.

Tanto el efecto Pigmalión como el efecto Golem, se producen, se desarrollan y tienen consecuencias en la conducta y el rendimiento de los pequeños, incluso cuando no se verbalizan. El hecho de tener una opinión negativa o positiva de los niños se refleja en la conducta no verbal de los adultos, en nuestro tono de voz, en nuestra comunicación no verbal, en el número de oportunidades que les damos. Aunque todos tenemos expectativas sobre nuestros alumnos debemos centrarnos en lo positivo, creer en él o en ella y en sus posibilidades. Esto se reflejará de forma inconsciente en nuestra conducta y mejorará su rendimiento y sus posibilidades de futuro.