domingo, 31 de julio de 2022

Manipulación y contra-control

     La investigación básica en ciencia del comportamiento es esencialmente manipulativa; el experimentador dispone las condiciones bajo las cuales el sujeto ha de comportarse de una manera dada, y, cuando lo hace, controla el comportamiento. Como en el condicionamiento operante esto es evidente, con frecuencia se alude a él como si no fuera más que una técnica para controlar a los demás. Sin duda se le puede utilizar de esa manera con fines no científicos, y se utilizará si los resultados son reforzantes. Entre los que tienen el poder necesario para controlar de ese modo a los demás se cuentan las autoridades gubernamentales y religiosas, y los hombres que tienen mucho dinero. Escapamos de ellos o atacamos su poder cuando recurren a métodos aversivos o a métodos que tienen las consecuencias aversivas demoradas que se llaman explotación. Como hemos visto, quienes no utilizan su poder de maneras aversivas o explotadoras no se abstienen de hacerlo porque son compasivos o porque poseen sentido ético o interés por el bienestar de los demás, sino porque están sometidos al contra-control por parte de los sujetos que experimentan su poder. La democracia es una versión del contra-control diseñada para solucionar el problema de la manipulación. (...)

    Decir que todo control es manipulativo y, por lo tanto, malo, es pasar por alto aspectos importantes de la educación, la psicoterapia, el gobierno, etc. La propuesta de acabar con la investigación comportamental o de ocultar sus resultados con el pretexto de que los déspotas o tiranos podrían utilizarlos, sería un desastroso error, porque eso perjudicaría todas las contribuciones importantes a la cultura, y se interferiría con las medidas de contra-control que limitan el control aversivo y explotador.


B.F. Skinner, sobre el conductismo. Barcelona, Martínez Roca, 1987, pp. 218-19

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