lunes, 20 de abril de 2020

La escuela como método de dominio y control

Michael Foucault fue un filósofo, sociólogo, historiador y psicólogo francés. Profesor en diferentes universidades de Francia y Estados Unidos. Es conocido por sus estudios críticos de las instituciones sociales. Su análisis sobre el poder y las relaciones entre poder, conocimiento y discurso han sido ampliamente debatidos.

Teoría del poder en el ámbito educativo

La mayoría de docentes y estudiantes no se percatan del desarrollo de relaciones de poder y domino durante el proceso de enseñanza-aprendizaje. Esto es más fácil de percibir en la escuela tradicional, no obstante esto no exime a la escuela activa de este tipo de relaciones, aunque en ella están más escondidas. Este tipo de relaciones las encontramos a pequeña y gran escala, desde docentes, directores y familias hasta Ministerio de Educación y Estado.

Foucault hace mención a que a lo largo de la historia el poder de control y sometimiento se ha centrado en el control del cuerpo, es decir, del individuo o persona llevándolo a reconocer la superioridad del otro a través de la obediencia. El sometido no solo obedece sino que se forma o instruye de acuerdo a las exigencias del que posee el poder. Este poder transforma en autoridad a la otra persona, debiéndole unos valores de obediencia, benevolencia y respeto. Esto transmite el ideal de que las personas deben ser formadas y educadas de acuerdo a las normas establecidas por la autoridad que ejerce el poder. En sus propias palabras: ‘La disciplina fabrica así cuerpos sometidos y ejercitados, cuerpos ‘dóciles’. La disciplina aumenta las fuerzas del cuerpo (en términos económicos de utilidad) y disminuye esas mismas fuerzas (en términos políticos de obediencia). En una palabra: disocia el poder del cuerpo; hace de este poder una aptitud, una capacidad que trata de aumentar y cambia por otra parte la  energía, la potencia que de ello podría resultar, y la convierte en una relación de sujeción estricta.’

De estas ideas se desprende otra idea sobre poder-autoridad que básicamente es, la sujeción por parte de la persona sin poder, debido a la entrega de libertad y poder. Por ende, la relación se convierte en sujeción y obediencia por dar a la otra persona la potestad de dominación y castigarlo si no obedece a la autoridad. Sin embargo, en la persona sometida poco a poco se crea un sentimiento de resistencia cuando este poder entregado se transforma en tiranía y la libertad es inexistente o nula.

¿Cómo afecta todo esto a la educación?

En términos pedagógicos, autoridad se entiende como la organización de la clase en base a la potestad que ejerce el educador en razón del rol que desempeña en el contexto escolar. En la escuela el alumno se convierte en copia del profesor y debe actuar según las instrucciones que recibe de él.

Las relaciones de poder, se ven en la autoridad del docente sobre el discente, el maestro es el modelo a seguir, tiene el poder absoluto y la autoridad máxima, y por tanto el alumno obedece. Estas relaciones están implícitas en la enseñanza, porque en última instancia pertenecen a la sociedad. Son elementos de estructuras y por ende toda la estructura educativa se organiza en relaciones de poder, la autoridad es su columna vertebral. Sin embargo, la autoridad del educador comienza y termina en las aulas, fuera de ellas está sometido a una autoridad mayor.

El estudiante es entregado por su familia (otra relación de poder) a la escuela, considerándole que no sabe ni puede hacer algo, entonces lo llevan al establecimiento que posee todo el conocimiento (se entiende y se percibe que en la escuela se encuentra el saber y lo único que hace es aislarlo de la realidad) y le ha de enseñar y transmitir conocimientos. La escuela no solo se adueña del estudiante sino de su ser también.

El paso de la educación tradicional a la educación activa o libertaria se consigue por la resistencia al poder de la escuela, cuando el oprimido siente la pérdida de su libertad. Por ende, se busca cambiar el tipo de educación, originando nuevas propuestas que cambian las tornas en el poder siendo ahora el estudiante el dotado de autoridad.

La disciplina está presente en todas las sociedades capitalistas, en palabras del propio autor: ‘la disciplina no puede identificarse ni con una institución ni con un aparato. Es un tipo de poder, una modalidad para ejercerlo, implicando todo un conjunto de instrumentos, técnicas, procedimientos, niveles de aplicación, metas.’ Esto se encuentra especialmente en la escuela donde se controla el espacio por medio de la vigilancia y la clausura, y a los individuos según los criterios de localización y funcionalidad.

Foucault en el ámbito educativo reniega de todo funcionalismo, porque este enfoque fomenta la división individualista de la sociedad y reduce a la escuela a mera estadística y número, prometiendo lo contrario de lo que cumple, es decir, la igualdad y autorrealización humana.

En resumidas cuentas, el poder político utiliza las instituciones sociales como la escuela para ejercer la dominación. A través de la institución educativa el poder controla el saber y las creencias sociales, estableciendo valores que les aseguren su control. Quien no acepta, es castigado de múltiples formas, pues no consolida el orden social que se quiere imponer. El problema de esta dominación es la eliminación de la libertad. La escuela tiene que ejercer un poder orientativo y llegar a la verdad (el saber) a través del cuestionamiento y la crítica sana de individuos libres.

Actualmente el alumno se encuentra vigilado, encerrado, examinado, distribuido en clases, jerarquizado en etapas con el afán de volverlo dócil y moldeable. Saliendo a la vida como una persona obediente y disciplinada, especialmente para el mundo laboral, sobre todo desde la aparición de las fábricas en el Siglo XVIII. El maestro también está controlado, debe cumplir un programa el cual es establecido por otra institución de poder. De ambos actores educativos se espera que cumplan las conductas que de ellos se esperan llegando a ser homogéneos para no recibir consecuencias disciplinarias.

Por estos motivos Foucault reclama una escuela como espacio de libertad para la reflexión. De su pensamiento surge y se consolida la pedagogía crítica.

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