viernes, 10 de abril de 2020

Asociación para la Enseñanza de la Mujer

Fue un proyecto educativo creado en 1870 por el pedagogo Fernando de Castro y Pajares, con el objetivo de ofrecer a las mujeres el acceso a la educación. Este movimiento agrupó a diversas escuelas para mujeres, jugando un papel fundamental en el progreso y promoción social de la mujer.

Uno de los factores más decisivos fue el propio contexto histórico; el escaso desarrollo de la industria y del campo que marcaba a España en el siglo XIX, no favoreció a crear una opinión a favor de una instrucción formal y completa para la mujer. Sin embargo, a partir de las últimas décadas del siglo, empieza a cambiar el panorama. La Revolución de 1868 (conocida como la Gloriosa Revolución), que dio paso al Sexenio Democrático, fue un hito bastante importante porque a raíz de este, se comienza a tomar medidas que impulsan la educación de la mujer. Debemos mencionar una de las primeras medidas tomadas: el decreto de 1868 de la libertad de enseñanza. Esta serie de medidas, motivaron a diversos profesores e intelectuales a promover una sociedad más educada.

Una de estas figuras fue Fernando de Castro, que mostró bastante interés por la educación de la mujer y que pudiese recibir una enseñanza amplia y  formal. Desde su cargo como rector de la Universidad Central de Madrid, puso en práctica numerosas iniciativas y creó diversas instituciones de cultura y educación para que la mujer pudiera acceder. Otras de sus aportaciones fueron las conferencias, de acceso gratuito a todos los públicos, sobre la Educación de la Mujer, el Ateneo Artístico y Literario de Señoras o la Escuela de Institutrices.

El éxito que tuvo la Escuela de Institutrices, que se convirtió en el centro que ofrecía a las mujeres la educación más amplia del país, fue el detonante para crear la Asociación para la Enseñanza de la Mujer. La fundación tenía como objetivo mejorar la educación y por ende el futuro laboral. Su ideología estuvo muy marcada por el Krausismo, que defendía la educación de las mujeres por ser iguales en naturaleza y derecho al hombre. La figura de la mujer cobraba de esta forma una colaboración esencial para transformar la sociedad.

A cargo de la docencia estuvieron relevantes intelectuales y catedráticos como  Giner de los Ríos. Las diversas escuelas dentro de la Asociación fueron: la escuela de institutrices, de comercio, de primaria, de preparatoria, de secundaria y las secciones.

La escuela de las institutrices formaba a las futuras educadoras, fue la lanzadera para optar a estudios universitarios. Debían demostrar unas competencias mínimas en matemáticas y lengua para ingresar en el centro. Su formación duraba tres años y cursaban asignaturas del campo de humanidades y ciencia con un examen anual oral y escrito por cada asignatura.

La escuela de comercio contaba con un ambicioso plan de estudios y la formación era de dos años.

La escuela de primaria acogía a las estudiantes entre los 6 y 10 años; la superior de 10 a 15; la preparatoria ampliaba la enseñanza básica y; la secundaria preparaba a las alumnas para ingresar en alguna escuela profesional regida por la Fundación.

Finalmente, las secciones de idiomas, música, dibujo y pintura dotaban de la posibilidad de ampliar conocimientos en estas disciplinas.

A lo largo de su historia, entorno a 6000 alumnas han pasado por sus aulas. Este proyecto supuso que por primera vez, se pusiera de relieve la capacidad intelectual de las mujeres. Despertó el propio interés de las mujeres por sus propios estudios. La asociación estuvo muy activa hasta 1920 debido a que por esas fechas la situación de la mujer respecto a la educación había cambiado. Durante la guerra civil fue saqueada. Vuelta la paz abrió de nuevo sus puertas y se convirtió en un colegio de barrio reanudando sus enseñanzas. 

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