martes, 29 de septiembre de 2020

Una educación hacia la libertad

La escuela, patria espiritual de los niños

Sobre toda la tierra se extiende actualmente un profundo descontento y una desconfianza insuperable ante la escuela. En el campo de la pedagogía tampoco se está ya de acuerdo en enfocar las cuestiones de educación solamente desde fuera, desde el punto de vista de lo útil, de la aparente modernidad, con laboratorios y aparatos sofisticados. La tendencia existente de hacer de los niños, cada vez más y más, pequeños estudiantes precoces y convertir las escuelas en universidades horroriza a familias. En todas las reformas predomina un pensamiento científico-materialista, que afecta a la escuela teniendo menos conocimiento del ser humano y guiándose menos por su espíritu.

Se demuestra que una pedagogía que recibe sus líneas de orientación, conocimientos y métodos prácticos del mismo ser humano viviente, no se pasa de moda y es capaz mediante el aumento de sus facultades educativas, crecer con el niño y a través del niño. La oportunidad de recibir una preparación escolar que despierte las fuerzas interiores es la intención que brinda la Pedagogía Waldorf.

Adaptado de Rudolf Grosse, Director de la Sección Pedagógica de la Universidad Libre del Goetheanum, Domach. Suiza.


El arte de educar como renovación social.

El movimiento de las Escuelas Waldorf se siente estrechamente vinculado con los destinos pedagógicos y los cambios de nuestro siglo. La nueva escuela debe dirigirse hacia una escuela libre basado en un modelo social vivo: la educación ha de llevarse a cabo como un obrar artístico en un ambiente creador y libre. El funcionamiento de esta escuela no puede ser autoritario, solo es posible a través de una colaboración amistosa, llena de confianza entre alumnos y maestros, padres y amigos. Cuyos programas no se apoyen en formas escolares tradicionales. Las escuelas Waldorf, en vez de ejercer presión con exámenes y exigencias de rendimiento, fomenta el desarrollo individual. Se enseña en la misma medida a penetrar en los conocimientos, como también experimentar mediante el quehacer creativo. Los maestros han de enseñar y educar incluyendo asiduamente en clase los elementos práctico-manuales y artísticos. En sus reuniones de claustro semanales someten su trabajo a un minucioso análisis; estas reuniones son una permanente formación y renovación profesional.

Adaptado de Ernst Weissert, Presidente de la Asociación de Escuelas Libres Waldorf.

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