Hace referencia al viaje de estudios que, durante el verano de 1933, realizaron cerca de doscientas personas entre catedráticos, profesores universitarios, alumnos de diversas facultades y organizadores (entre ellos profesores relevantes y alumnos que posteriormente serían primeras figuras de la vida cultural, artística y creadora de la sociedad española). En definitiva, un grupo variopinto en vida y destinos en el futuro cercano de la época.
El clima se presentaba muy propicio para la materialización de un proyecto que fue ideado, proyectado y dirigido por el decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid, Manuel García Morente, y cuya presentación al Consejo de Ministros corrió a cargo de Fernando de los Ríos, que ocupaba el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Intelectuales profesores como Gregorio Marañón, José Ortega y Gasset y Juan Zaragüeta se sumaron a la realización del viaje.
El Crucero Universitario del Mediterráneo planteaba, ante todo, unas nuevas propuestas educativas. Los jóvenes fueron sacados de su entorno habitual, de su modo de recibir lecciones tradicionales, a base de clases magistrales en aulas convencionales. Se convirtió el barco en un aula y se inició un recorrido externo que propició los propios recorridos internos. El buque se llamaba Ciudad de Cádiz y recorrió durante 48 días los principales yacimientos arqueológicos del Mediterráneo.
La Segunda República Española marcó un hito sin precedentes en la educación española gracias a la Institución Libre de Enseñanza. Desde 1876 hasta la guerra civil de 1936, la ILE se convirtió en el centro de gravedad de toda una época de la cultura nacional y en cauce para la introducción en España de las más avanzadas teorías pedagógicas y científicas que se estaban desarrollando fuera de sus fronteras.
El clima se presentaba muy propicio para la materialización de un proyecto que fue ideado, proyectado y dirigido por el decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid, Manuel García Morente, y cuya presentación al Consejo de Ministros corrió a cargo de Fernando de los Ríos, que ocupaba el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Intelectuales profesores como Gregorio Marañón, José Ortega y Gasset y Juan Zaragüeta se sumaron a la realización del viaje.
El Crucero Universitario del Mediterráneo planteaba, ante todo, unas nuevas propuestas educativas. Los jóvenes fueron sacados de su entorno habitual, de su modo de recibir lecciones tradicionales, a base de clases magistrales en aulas convencionales. Se convirtió el barco en un aula y se inició un recorrido externo que propició los propios recorridos internos. El buque se llamaba Ciudad de Cádiz y recorrió durante 48 días los principales yacimientos arqueológicos del Mediterráneo.
La Segunda República Española marcó un hito sin precedentes en la educación española gracias a la Institución Libre de Enseñanza. Desde 1876 hasta la guerra civil de 1936, la ILE se convirtió en el centro de gravedad de toda una época de la cultura nacional y en cauce para la introducción en España de las más avanzadas teorías pedagógicas y científicas que se estaban desarrollando fuera de sus fronteras.
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