sábado, 25 de mayo de 2019

¿Distinto país misma educación?


Me gustaría hacer una breve mención a esta semana, he trabajado con un grupo de adolescentes polacos y sus profesoras.

El grupo en todo momento se ha mostrado muy amable y respetuoso, es verdad que tal vez por la etapa de la adolescencia en la que se encuentran lo que menos les llame la atención es la imposición por parte de su colegio y de nuestra academia de visitas culturales.

Sin embargo en las actividades de ocio y tiempo libre los alumnos se han divertido realmente y se les notaba en sus  caras.

Esto me hizo plantearme varias cosas ya que a lo largo de la semana intercambie varias palabras con sus profesoras y estas me comentaban que en todo momento sus alumnos se quejaban de cualquier cosa.

Lo que me hizo pensar y plantearme si de verdad han sido escuchados alguna vez, si de verdad se les ha dado la oportunidad de expresarse y de comentar sus inquietudes.

Por lo que estoy viviendo, la percepción que tengo es que seguimos encajonados en horarios de parrilla e imposiciones de actividades, en definitiva es una relación de sometimiento y aceptación.

Yo soy el profesor o el adulto por lo tanto tú debes obedecerme, te guste o no, lo vas a hacer, y creo que no es el mejor camino para avanzar juntos y cooperar, ya que a través del diálogo podemos saltar barreras, derruir muros y acortar distancia.

En definitiva creo que estos alumnos tienen un grandísimo potencial pero que nadie ha sido capaz de verlo o estimularlo.

Recuerdo que las primeras palabras con sus profesoras fueron: son de las peores clases de nuestro colegio en Polonia lo cual me sorprendió bastante porque antes de que lo mencionara le comenté que era un grupo muy amable y respetuoso.

Me duele ver como al final por unas cosas u otras muchos niños y adolescentes son marcados o etiquetados y ya lo arrastran a lo largo de su vida lo que les puede llevar a la profecía autocumplida y que los adultos desconfíen de ellos por no pasar por su aro, por su percepción o entendimiento de la realidad.

Estoy muy orgulloso de haberlos conocido, haber podido pasar tiempo con ellos y sobre todo ver que nunca perdían la sonrisa, en todo momento se mostraban muy agradecidos. Me hubiera gustado poder pasar más tiempo con ellos conocerles bien, conocer sus habilidades, sus potenciales, sus hobbies y construir con ellos a partir de sus preguntas, curiosidades e inquietudes.

La pregunta que me planteo ahora es: ¿Hay alguna diferencia con España? ¿Habrá algún lugar donde se hagan las cosas diferentes? ¿Lo encontraré?

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