martes, 4 de mayo de 2021

El espacio en el estudio

El lugar en el que estudiamos repercute directamente en nuestra eficacia y nuestra eficiencia a la hora de estudiar. En este sentido, es importante conocer la diferencia entre eficacia y eficiencia:

Eficacia: es la capacidad de conseguir algo. Por ejemplo, si nuestro objetivo es estudiar 4 páginas de un tema en una hora y lo conseguimos, hemos sido eficaces.

Eficiencia: es la capacidad de invertir pocos recursos para conseguir algo. Por ejemplo, si estudiamos sin agotarnos, estamos siendo eficientes.

Lo que realmente convierte en productivo al tiempo de estudio es que sea eficaz y eficiente. Si conseguimos estudiar 4 páginas del tema en una hora, pero nos agotamos tanto que nos resulta prácticamente imposible continuar estudiando, hemos sido eficaces, pero no eficientes. Por otro lado, si conseguimos no agotarnos pero no somos capaces de estudiar esas 4 páginas en una hora, hemos sido eficientes, pero no eficaces. La eficacia y la eficiencia juntas nos ayudarán a conseguir estudiar esas 4 páginas en una hora sin agotarnos, con lo cual podremos continuar estudiando.

Como decíamos, el espacio en el que estudiamos y sus condiciones ambientales repercuten directamente en la eficacia y la eficiencia de nuestro estudio. A continuación, comentaremos algunas de las variables ambientales que tenemos bajo nuestro control y que podemos variar según lo necesitemos:

  • Iluminación. Una mala iluminación nos obliga a forzar más la vista, lo que sobreexcita nuestro córtex visual en detrimento de otras áreas cerebrales. Además, empeora nuestra calidad de lectura. Para evitar que esto termine agotándonos mentalmente y afecte a nuestra eficiencia, debemos contar con iluminación natural, preferiblemente. En caso de no ser posible debido a que estamos estudiando de noche o en un espacio sin ventanas, la luz que utilicemos debe apuntar directamente a la superficie en la que estamos leyendo, sin que haya ningún obstáculo en medio como, por ejemplo, nuestra cabeza. En el caso de estudiar escribiendo o subrayando, debemos asegurarnos de que nuestra mano no crea sombra sobre el texto. Para ello, una buena solución es colocar un flexo en el lado contrario a la mano con la que escribimos: si somos diestros, al lado izquierdo, y si somos zurdos, al lado derecho. Por último, la iluminación azul que desprenden los dispositivos móviles y los ordenadores altera los niveles cerebrales de melatonina, que es la hormona encargada de regular el sueño. Por este motivo es recomendable evitar el uso de este tipo de dispositivos antes de dormir.

  • Ventilación. Un espacio mal ventilado puede hacernos sentir agobio y estrés con mayor facilidad, y si nuestro cerebro emocional está activado, el córtex cerebral, que es quien se debe activar en el momento del estudio, permanecerá bloqueado. Por este motivo debemos evitar espacios cerrados y reducidos en los que haya mucha gente, como por ejemplo salas de estudio pequeñas en una biblioteca. En el caso de estudiar en una habitación a solas, no debemos olvidar que el ambiente también puede sobrecargarse con el paso de las horas. Es recomendable abrir la ventana y dejar que la habitación ventile en los momentos de descanso.

  • Temperatura. Cuando nos encontramos en espacios con temperaturas tan bajas que nos hacen sentir frío o temperaturas tan elevadas que nos hacen sudar, nuestro cerebro reptiliano entra en funcionamiento y solo se preocupa de huir de esas condiciones que están provocando dolor a nuestro organismo. Y mientras nuestro cerebro reptiliano está en funcionamiento, ni el cerebro emocional ni el córtex cerebral podrán activarse de forma correcta. Es por ello que no debemos estudiar en lugares con temperaturas demasiado bajas ni demasiado elevadas, ya que de lo contrario nuestro cerebro estará invirtiendo energía en contrarrestar el frío o el calor y se volverá ineficiente. ¿Cuál es la temperatura ideal? Aquella que te permita estar a gusto, sin pasar frío ni calor.

  • Ruidos. Los ruidos son uno de los distractores más habituales y unos grandes enemigos de la concentración durante el estudio. ¿Debemos evitar lugares con ruidos? La respuesta a esta pregunta depende del nivel de concentración de cada persona. Hay quienes son capaces de mantenerse concentrados en el estudio a pesar de los ruidos de alrededor, por lo que podrán estudiar sin problemas en una biblioteca. Sin embargo, hay muchas personas cuya atención se dirige hacia los ruidos que se producen en el entorno sin que pueda evitarlo. Para esas personas estudiar en una biblioteca o en cualquier espacio público es contraproducente, ya que el sonido de una silla al arrastrarse, el de una persona entrando por la puerta o el de una conversación entre susurros puede desviar su atención y volver ineficaz su tiempo de estudio. Por lo tanto son personas que, preferiblemente, deben estudiar en solitario y con el móvil silenciado, al menos hasta haber entrenado su concentración.

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