martes, 9 de febrero de 2021

El ejercicio físico y el estudio

Además de cuidar la alimentación y el sueño, existen otras variables como el espacio o el tiempo que debemos cuidar y vigilar en el momento del estudio para ser eficaces y eficientes. La postura es un gran ejemplo de ello. No obstante, hoy quisiera centrarme mas detalladamente en otros aspectos, ya que los anteriores mencionados son más conocidos y se tienen más presentes a la hora de estudiar.

Hoy hablaremos del ejercicio físico que también es un buen hábito que beneficia a nuestro estudio y a nuestro aprendizaje, principalmente el ejercicio aeróbico. Existen dos tipos de ejercicio físico:

Ejercicio aeróbico: es el que se basa en la resistencia y en ejercicios de duración media o larga. El cuerpo demanda oxígeno y ayuda a quemar grasa. Ejemplos: caminar a paso ligero, correr distancias largas, montar en bicicleta, bailar…

Ejercicio anaeróbico: es el que se basa en la fuerza y en ejercicios de corta duración. El cuerpo demanda glucosa y ayuda a fortalecer los músculos. Ejemplos: levantar pesas, abdominales, correr distancias cortas (100-200m) a gran velocidad…

Aunque es recomendable combinar ambos tipos de ejercicios para gozar de buena salud física, el que realmente nos interesa es el aeróbico. La demanda de oxígeno que supone, obliga al corazón a bombear más rápido y, dado que las neuronas se nutren de oxígeno y de glucosa y que ambos se encuentran en la sangre, el aporte es mucho mayor al realizar ejercicio aeróbico. Es lo que se conoce como oxigenar el cerebro. Hay incluso estudios recientes que sugieren que practicar ejercicio aeróbico unas horas después de haber estudiado ayuda a consolidar mejor en la memoria lo aprendido. De todas formas, no cualquier momento es bueno para hacer ejercicio aeróbico. Puede ser contraproducente practicarlo durante la siguiente hora de haber comido y las dos horas anteriores a dormir, ya que la excitación provocada por el ejercicio puede romper nuestros ritmos de sueño. Unos buenos momentos para practicarlo son antes de desayunar, a media mañana o a media tarde. Todo depende de la rutina de cada persona.

Por otro lado, nuestro estado emocional es también muy importante durante el tiempo de estudio. Si nos encontramos en un estado emocional contraproducente para el estudio, procuraremos primero minimizarlo a través de ejercicios de relajación o de cualquier otro tipo. Si no, el cerebro emocional estará en funcionamiento y no permitirá que se active el córtex cerebral.

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