sábado, 18 de diciembre de 2021

Mussolini y su interés por la pedagogía Montessori

María Montessori fue una de las primeras licenciadas en Medicina en Italia. Fue ayudante de la cátedra de Psiquiatría de la universidad de Roma, dedicándose al estudio de los niños con deficiencias mentales, advirtiendo que el problema, más que médico era pedagógico.

Expuso sus ideas sobre esta materia en 1898 en el congreso pedagógico de Turín. El ministro Baccelli le encargó impartir un curso a los maestros de Roma sobre la educación de los niños con déficit intelectual. Posteriormente, este curso se transformó en una Escuela Magistral Ortofrénica, dirigida por Montessori entre 1899 y 1901.

Tiempo más tarde, se trasladó a Londres y París para estudiar los métodos extranjeros. De regreso a la capital italiana prosiguió con sus observaciones, elaboró un método basado en los principios de Itard y Séguin y emprendió una serie de nuevas experiencias en el ámbito de la lectoescritura. Este método dio buenos resultados en su aplicación a los niños con necesidades educativas especiales, llegando a aprobar los mismos exámenes que los otros niños.

Gradualmente fue desplazando su interés inicial por los niños con retraso mental hacia los niños en edad escolar: comenzó por la Educación Infantil. Abandonó la enseñanza y se dedicó íntegramente al estudio y la investigación. Profundizó en las obras de los dos educadores franceses que habían inspirado su método anteriormente. En enero de 1907 por encargo del Instituto dei Beni Stabili de Roma, abrió la primera casa de los niños. Sirviendo de modelo y soporte para la difusión de su método por toda Italia y el resto del mundo. La Casa dei bambini (la casa de los niños) tomó un carácter de insitución independiente, organizada como método innovador de Educación Infantil. Tras años de experiencia y reflexión reflejó su método en una de sus obras que se tradujo a las principales lenguas.

El método consiste en desarrollar la autonomía del niño. El variado material que el niño encuentra a su disposición posibilita que, a su libre elección y con su trabajo personal, busque soluciones a problemas de una forma práctica y autónoma. El principio dominante es dejar hacer: vigilar para ayudar en caso de necesidad, tener e en el valor inmenso de una actividad libre que genera descubrimientos espontáneos adecuados a su desarrollo y ritmo natural. Era un programa que se inscribía con caracteres propios en el movimiento de la escuela activa y que enlazaba más o menos con Rousseau y Froebel. 

En 1926 se fundó la Real Escuela del Método Montessori con el apoyo de Mussolini. Las escuelas y los centros de formación docente se multiplicaron en Italia y se extendió a otros países, como Alemania. Posteriormente, Montessori renuncia a la ayuda de Mussolini debido a la voluntad del Duce de adoctrinar a los niños con una finalidad fascista, principio que resultaba incompatible con el concepto de libertad, tan fundamental en el método. Mussolini ordenó cerrar todas las escuelas; Adolf Hitler hizo lo mismo en Alemania.

A sus 64 años, abandonó Italia y se instaló en Barcelona donde florecía un ambiente de renovación pedagógica. Durante varios años dirigió un seminario de pedagogía y fue consejera técnica del Consejo de Pedagogía de la Mancomunidad catalana. Cuando estalló la Guerra Civil Española, Montessori volvió a emigrar a los Países Bajos. Durante la IIGM, se refugió en la India, donde desarrolló su trabajo con niños de primaria. 

Recogido de: Figols, Cuevas. M. (2017). La arquitectura al servicio de la pedagogía. Barcelona: Editorial Pau de Damasc.

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