lunes, 15 de junio de 2020

Francisco Amorós y el Real Instituto Militar Pestalozziano

Pedagogo y militar español, conocido internacionalmente por ser uno de los fundadores de la Educación Fí­sica moderna.

A Francisco Amorós y Ondeano se le debe, por ejemplo, los primeros pasos para introducir la Educación Fí­sica en el programa de las escuelas primarias. La gimnasia amorosiana, se ha practicado hasta hace pocas décadas en la escuela, en el instituto o en el ejército. Es un método que emplea aparatos, trapecio, barra fija, paralelas, anillas, trampolí­n, etc. Se podría decir que la gimnasia de Amorós se inscribe, en Francia, en el marco de la influencia alemana y que concluyen con los inicios de la influencia sueca e inglesa. Es importada a Francia por un español "afrancesado".

Francisco Amorós fue director del Real Instituto Militar Pestalozziano de Madrid. Como recompensa por sus servicios, fue promocionado por el rey a coronel de Infanterí­a y nombrado ministro del Consejo de Indias.

El Real Instituto Militar Pestalozziano fue una institución educativa española creada por Real Orden el 23 de febrero de 1805, a instancias de Manuel Godoy, entonces primer ministro y favorito de Carlos IV, con objeto de introducir en el país el Método Pestalozzi, que convirtió la educación física en materia obligatoria para el alumnado, y así contribuir a la reorganización del Ejército y la Armada y la regeneración de sus mandos. Por primera vez se proscribía el castigo físico y se propugnaba la experiencia y la intuición como fuentes de conocimiento, pretendiendo que los discípulos aprendieran de forma natural, como si de un juego se tratase. Su modernidad chocó con el integrismo tradicionalista y el control eclesiástico de la educación. De tal modo, y muy a pesar su efímera existencia tocó a su fin al decretarse su cierre en 1808. Su sede se situó en la "calle Ancha de San Bernardo" de Madrid. 

Desde los años 80 del siglo XVIII se habían realizado diversas propuestas pedagógicas al gobierno español para introducir en el país del método de Pestalozzi, que por entonces gozaba del máximo prestigio a nivel europeo. Godoy fue convencido de las virtudes de este método pedagógico, ya ensayado en Santander, Tarragona y Madrid, por el coronel Francisco Amorós, marqués de Sotelo. Tomó por tanto determinación de crear un Real Instituto en 1805. El centro abrió sus puertas en 1806, estando destinado "a los hijos de oficiales del Ejército, o a los cadetes de menor edad", aunque también se admitiría a los "hijos de personas de distinción". Además de centro formativo para los futuros cuadros dirigentes del ejército y la administración, también se instruía en la formación de observadores y futuros maestros, para que difundieran el método por el resto de España.

Sus alumnos debían estudiar un programa tanto teórico como práctico destacando los ejercicios gimnásticos y disciplinas como la osteología, la fisiología y la música. Aunque la formación religiosa no se descuidó, los sectores más tradicionalistas de la Iglesia cargaron contra la nueva institución, que rompía su monopolio educativo, calificándola de gentilicia y hasta protestante, al hablar de una moral humana natural, no sólo religiosa.

Las voces contra el método pestalozziano se sumaron a las turbaciones que atravesaba España y al descontento político de la nobleza y los sectores más conservadores con las innovaciones introducidas por Godoy, lo que llevó a Carlos IV a decretar el cierre del Instituto. El propio Godoy se lamentó en carta a Pestalozzi de "La ingratitud de unos y el fanatismo de otros, así como la ignorancia de muchos, han atribuido al método y al establecimiento cualidades perjudiciales que en manera alguna existían. Pero se hizo inevitable suprimirlo."

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