Pedagoga, filósofa, política, escritora y maestra española que defendió durante toda su vida el derecho a la enseñanza libre de la mujer.
En España en el siglo XX Maeztu es una figura destacada por impulsar la cultura femenina. Se convirtió en la embajadora por universidades europeas y americanas cuando en España comenzó la formación universitaria femenina.
Su madre tras la ruina económica de la familia, se trasladó a Bilbao. Donde creo una residencia para mujeres, un centro cultural donde todas ellas podían estudiar. Durante ese periodo, María se centro en sus estudios en Magisterio y Derecho compaginándolos con ayudar a su madre con la organización de la residencia.
En 1902 Maeztu oficialmente puede ser maestra y su bautizo fue en la escuela pública bilbaína, ejerciendo un estilo innovador en la docencia de la época con clases al aire libre y renovados métodos memoristicos. Creía en una educación de base laica y unos principios pedagógicos basados en su frase "es verdad el dicho antiguo de que la letra con sangre entra pero no ha de ser con la del niño, sino con la del maestro". Aparte de la docencia, se dedicaba a dar conferencias por distintos lugares de la geografía castiza y posteriormente en Europa y el resto del mundo.
Defendió la igualdad de hombres y mujeres en capacidad y derechos. Formó parte de la Comisión pedagógica del gobierno británico en 1908 lo que le ayudó a conocer otros métodos de enseñanza e incorporarlas a su praxis, añadir también a esto, la ventaja de conocer y ver escuela progresistas más avanzadas que en España.
En 1915 funda la residencia internacional para mujeres, siendo el primer Centro español de carácter universitario para mujeres. Es de suma importancia destacar el año 1926 en el cual, funda el Liceo femenino, primer club de mujeres en España. Todo el trabajo de María se empieza a haber amenazado a medida que se acerca la Guerra Civil española. Tras el fusilamiento de su hermano, en 1936 decidió abandonar España para asentarse en Argentina.
Su labor pedagógica se centro tanto en la educación como a una formación intelectual, responsabilidad civil y participación igualitaria e integral de las mujeres en la construcción de España. Se empapó del ambiente educativo americano por la estrecha colaboración con Susan Huntington, gracias a esto aprendió metodologías basadas en la convivencia, la tolerancia y la integración del arte y la ciencia.
Defensora de la pedagogía del esfuerzo, entendía que la vocación pedagógica es una llamada íntima. Tres exalumnas a principios de los años cuarenta se reunieron clandestinamente para continuar con la obra de María y fundaron el Colegio Estudio de Madrid.
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