Maestra muy vinculada a los ideales de la Institución Libre de Enseñanza, cursó sus estudios de Magisterio entre las ciudades de Huesca y Zaragoza, sin embargo comienza a trabajar como maestra en la escuela de la Granja de San Ildelfonso dónde conoce a Giner de los Ríos.
Tuvo más encuentros con la lLE, como la conferencia dada en el Museo Pedagógico por Manuel Bartolomé Cossío titulada "El Maestro, la Escuela y el Material de Enseñanza". Con esta charla se animó a transformar la enseñanza en lo que ella soñaba.
Gracias a estos encuentros, su relación con la ILE se estrechó, disfrutó de una beca en la Residencia de Señoritas de Maeztu para terminar sus estudios superiores en Madrid, formó parte del equipo docente de educación primaria del Instituto Escuela y a partir de este momento comienza a escribir artículos pedagógicos publicados en el Boletín de la ILE, la Revista de Pedagogía y la Escuela Moderna.
Tras una etapa enseñando por diversas ciudades del territorio español, vuelve a Madrid. Asumiendo la dirección del grupo Francisco Giner trabajando con estudiantes y sus familias, logrando así la creación en 1933 de la primera Asociación de Padres de Alumnos.
Durante la Guerra Civil se encuentra en Madrid, después llega la cárcel, la expulsión del magisterio y la dura posguerra. En 1952 recupera su plaza en la docencia trabajando hasta su jubilación en 1959 en el Instituto Isabel la Católica.
Su pedagogía se basó en la educación integral de su alumnado y en el desarrollo pleno de su personalidad a través de una metodología flexible y adaptada a las necesidades individuales.
Su obra Mi Diario nos muestra sus dudas y satisfacciones recogidas en diversas notas que comenzó a escribir en 1918 sobre su praxis educativa, descubriéndonos rasgos de su personalidad: una maestra que se gustaba de serlo, comprometida y que disfrutaba estando en el aula.
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