martes, 2 de marzo de 2021

Estilos de enseñanza

A la hora de transmitir conocimientos y destrezas nos encontramos con distintos estilos de enseñanza que podemos utilizar en función del momento y del grupo de alumnos ante el que nos encontremos. Del mismo modo, cada persona contará con un estilo de aprendizaje propio que estará relacionado con sus inteligencias y al que deberemos prestar atención para poder adaptarnos a él.

Los estilos de enseñanza se suelen agrupar en dos grandes categorías: métodos afirmativos, que son aquellos en los que el proceso de enseñanza-aprendizaje se centra en el educador, y métodos por elaboración, que son aquellos en los que el proceso de enseñanza-aprendizaje se centra en el alumno. Dentro de cada uno de ellos, a su vez, encontramos otras subcategorías.

  1. Métodos afirmativos

    1. Método expositivo. Implica que el educador realiza una comunicación unidireccional respecto a los alumnos, exponiendo la teoría y dejando poco o ningún lugar para la retroalimentación. Cuando un educador utiliza el método expositivo, los alumnos juegan un papel pasivo en el que se activan pocas zonas del córtex cerebral (la auditiva, parte de la motora si escriben y poco más). Este papel pasivo provoca que la atención fluctúe mucho más y se pierda la concentración por parte del alumnado. La recomendación es utilizar el método expositivo en dosis muy rebajadas y combinado con otros métodos más activos. En el caso de tener que utilizar el método expositivo durante un tiempo largo, debemos procurar realizar movimientos paseando por el aula, ilustrar nuestras palabras con dibujos en la pizarra, introducir chistes entre la exposición y cualquier otra acción que haga la lección más amena y variable. Cuanta mayor sea la variación de estímulos, más atención prestará el cerebro.

    2. Método demostrativo. Implica que el educador demuestra a los alumnos cómo realizar un proceso y los alumnos lo imitan para conseguir el mismo resultado. En este caso nos encontramos ante un método más activo que el expositivo, pero en el que existe un tiempo de actividad pasiva: mientras el educador demuestra, la comunicación sigue siendo unidireccional. Es por este motivo que debemos procurar aplicar en esta fase las mismas técnicas de variabilidad que comentábamos al hablar del método expositivo. Además, será de gran ayuda acompañar la demostración con un esquema visual en la pizarra o en otro soporte que ayude a los alumnos a comprender y retener mejor los pasos del proceso, así como a poder recurrir a ese soporte visual en el momento de la imitación.

  2. Métodos por elaboración

    1. Método interrogativo. Implica que el educador y los alumnos establezcan una comunicación bidireccional en la que las preguntas tengan el papel protagonista. En lugar de explicar la lección como en el método expositivo, el educador proporciona una base muy breve y los alumnos deben preguntarle lo que deseen saber para completar el conocimiento completo de la lección. El método interrogativo, por tanto, activa más áreas cerebrales que cualquiera de los métodos afirmativos, ya que entra en juego el pensamiento creativo con el que los alumnos deberán discurrir las preguntas correctas para poder comprender la lección en su totalidad. Durante el uso de este método se puede permitir la utilización de apoyos como los apuntes, el libro de texto o incluso Google.

    2. Método por descubrimiento. Es el alumno quien lleva a cabo por completo el proceso de aprendizaje. El educador se limita a formular una pregunta o a proponer una actividad que los alumnos deberán resolver investigando por su propia cuenta en las fuentes que deseen. Si bien en el método interrogativo el educador mantenía un papel bastante activo respondiendo preguntas durante todo el tiempo, en el método por descubrimiento pasa a un segundo plano y actúa únicamente como fuente alternativa y como solucionador de dudas que vayan surgiendo sobre la marcha. De todos los métodos, este es el que más áreas del cerebro activa, ya que implica construir la información, conectarla y crear una solución del problema de entre todas las que pueda haber. Por tanto, a nivel de aprendizaje es el que más aporta a los alumnos, siempre y cuando se mantengan unos niveles de medición por parte del educador; por ejemplo, asegurarse de que los alumnos no han extraído de Wikipedia con un “copiar-pegar” la solución al problema planteado.

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