viernes, 29 de septiembre de 2023

El centésimo mono

    En A New Science of Life: The Hypothesis of Formative Causation, Rupert Sheldrake, un biólogo teórico, propuso una teoría radicalmente nueva sobre cómo las cosas vivas aprenden y asumen nuevas formas. Su teoría ofrece una explicación sobre cómo puede cambiar la naturaleza humana.
    La hipótesis de Sheldrake es la siguiente: cuando se repite una conducta lo suficiente, esta forma un campo morfogenético. Este campo posee una especie de memoria acumulativa basada en lo que les ha sucedido a las especies en el pasado. Todos los miembros de las especies están armonizados con ese campo mórfico en particular, que se extiende a través del espacio y del tiempo mediante un proceso denominado resonancia mórfica.
    Aplicada a nosotros, la teoría de Sheldrake explica de qué modo los cambios fundamentales también se pueden producir en los seres humanos. Al principio un cambio en la actitud o en la conducta también es difícil, pero a medida que cambian más individuos, se vuelve progresivamente más fácil para las demás personas realizarlo, y no solo mediante la influencia directa. Según Sheldrake, la gente sintoniza con el nuevo patrón dentro de un campo mórfico a través de la resonancia mórfica, y se ve afectada por la misma, lo cual explica cómo el cambio se vuelve progresivamente más fácil. En algún momento se alcanza el número de individuos necesarios para hacer inclinar la balanza; hay una nueva conducta en lo inconsciente colectivo.
    El centésimo mono es una historia que ha surgido, se ha repetido y sobre la que se ha escrito tan solo en las dos últimas décadas. Es de origen muy reciente. La historia se basa en observaciones científicas sobre las colonias de monos en Japón. La versión más leída es la siguiente:
    Frente a las costas de Japón los científicos han estado estudiando las colonias de monos en muchas islas durante más de treinta años. Para poder seguir la pista a los monos, dejaban batatas en la playa para que se las comieran. Los monos salían de los árboles para coger las batatas y se les podía observar claramente. Un día una hembra empezó a lavar la batata en el mar antes de comérsela. Enseñó a sus compañeros y a su madre a hacerlos y a su vez sus amigos se lo enseñaron a sus madres, y cada vez había más monos que empezaron a lavar sus batatas. Al principio, solo los adultos que imitaron a sus hijos aprendieron, pero poco a poco los otros también lo hicieron. Un día los observadores vieron que todos los monos de una isla lavaban las batatas.
    Aunque esto fue significativo, lo más fascinante fue cuando se produjo este cambio: la conducta de todos los monos del resto de las islas también cambió; todos lavaba sus batatas, a pesar del hecho de que las colonias de monos de las diferentes islas no tenían contacto directo entre ellas.
    Esto fue una confirmación de la teoría del campo morfogenético: podía explicar lo que había sucedido. El "centésimo mono" era el hipotético mono anónimo que hizo decantar la balanza de la cultura: aquel cuyo cambio de conducta marcó el número crítico de monos que habían cambiado, tras el cual todos los monos de las demás islas empezaron a lavar sus batatas.
    El centésimo mono es una alegoría de la Nueva Era que ofrece la esperanza a las personas que han estado trabajando en cambiarse a ellas mismas y en salvar al planeta, preguntándose si sus esfuerzos individuales servirán para algo. El mito del centésimo mono es una prueba que afirma un compromiso de trabajar en algo, como erradicar las armas nucleares de la Tierra, aunque el efecto no se pueda ver en mucho tiempo. Si ha de haber un centésimo mono, también ha de existir un equivalente humano.
    La hipótesis de Sheldrake nos ofrece una nueva visión de cómo el cambio de una especie puede llegar a producirse gracias al cambio en los individuos quienes, uno a uno, hacen algo nuevo. Según la hipótesis de Sheldrake, cuanta más gente lo haga más fácil será, hasta que, al final, un día, alguien será el centésimo mono.
    Sin embargo, la mayoría de los hombres y de las mujeres no sienten ni la necesidad de cambiar el mundo ni tienen la fe de que pueden conseguirlo. A aquellos que sí lo intentan, la teoría del centésimo mono les anima, porque es un mito que describe eso que sienten que han de hacer de todos modos. Nos ayuda a ser fieles a aquello que nos conmueve profundamente a ser nosotros mismos.
    Además de hablar de aquellos que están internamente motivados a crear un cambio en el mundo exterior, el centésimo mono es una metáfora de lo que está sucediendo en la mente de una persona. En el mundo interior, hacer es transformarse. Si repetimos una conducta, motivados por una actitud o un principio el suficiente número de veces, al final nos convertimos en lo que hacemos.

    Extraído de: Shinoda Bolen, J. (2021). Los dioses de cada hombre. Una nueva psicología masculina. Barcelona: Editorial Kairós.

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