jueves, 25 de mayo de 2023

Clase y poder

     Todas las sociedades de nivel estatal están organizadas en una jerarquía de grupos llamados clases. Una clase es un grupo de personas que se relacionan de manera similar con el aparato de control de las sociedades estatales y que disponen de cotas de poder, o carencia de poder, similares con respecto a la distribución y los privilegios y al acceso a los recursos y la tecnología.
    Todas las sociedades estatales poseen forzosamente dos clases, como mínimo, organizadas jerárquicamente: gobernantes y gobernados. Ahora bien, cuando existen más de dos clases, no es necesario que su relación mutua sea jerárquica. Como por ejemplo pescadores y campesinos. Ninguno de los dos grupos posee una clara ventaja o desventaja de poder con respecto al otro.
    Debemos explicar lo más posible la naturaleza del poder que implican las jerarquías de clases. Como en la naturaleza, el poder en los asuntos humanos consiste en la capacidad de controlar la energía. El control de la energía está mediatizado por los útiles, máquinas y técnicas para aplicar esta energía a empresas individuales o colectivas. En este sentido, controlar la energía supone poseer los medios para trasladar, dar forma y destruir minerales, vegetales, animales y personas. El poder es el control sobre la gente y la naturaleza.
    El poder de seres humanos concretos no se puede medir simplemente sumando la cantidad de energía que regulan o canalizan. Si este fuera el caso, la clase más poderosa del mundo serían los técnicos que manejan los interruptores de las centrales nucleares o los jefes militares de las fuerzas armadas. La cuestión crucial en todos estos casos es ¿Quién controla a estos técnicos, funcionarios y generales? ¿Quién les dice cuándo, dónde y cómo? y un sin fin de preguntas similares.
    El hecho es que gran parte de la energía consumida por las masas subordinadas en las sociedades estratificadas se gasta bajo condiciones y para tareas que el grupo dominante estipula o constriñe. En otras palabras, la propia realización de estas tareas depende de que aumenten el poder y bienestar del grupo dominante. No significa esto que las masas subordinadas no obtengan beneficio alguno, sino sencillamente que no se llevarían a efecto si al grupo dominante no le reportara también algún tipo de beneficio.

Extraído de Harris, M. (2021). Antropología cultural. Capítulo 11: Grupos estratificados: clases, castas, minorías y etnias. Alianza editorial: Madrid.

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