Cambio
La reflexión es un proceso activo de exploración y descubrimiento que a menudo conduce a resultados muy inesperados. Se puede esperar que la actividad reflexiva conduzca, potencialmente, al cambio. Aun así no hay garantías de que se produzca el cambio, o hasta que punto dicho cambio se producirá. Es pertinente hacer notar también que no todo cambio es transformativo y no toda reflexión crítica conduce al aprendizaje transformativo. Buena parte de ello depende de la persona y de las situaciones; por tanto el resultado potencial de la reflexión crítica es específico en relación al individuo, al tiempo y al lugar.
El resultado de la reflexión crítica puede experimentarse repentinamente como una catarsis, No obstante, el resultado puede ser percibido gradualmente como un lento despertar. A menudo puede suceder que se produzca un cambio en la perspectiva del individuo, pero sus consecuencias pueden ser positivas o negativas. Lo que pensamos y comprendemos está influido y moldeado por nuestros propios constructos personales del mundo, que consisten en nuestros hábitos y expectativas. Estos pueden ser adquiridos por medio de la socialización y la aculturación, aprendidos de forma intencional o asimilados subconscientemente. Nuestro sentido del yo y de la autoestima es inherente a nuestra visión del mundo. Si esta visión se ve afectada por medio del proceso de la reflexión crítica, puede tener efectos negativos en nuestro sentido del bienestar.
La reflexión es un concepto clave en la teoría del aprendizaje transformativo. Este tipo de aprendizaje puede no surgir directamente partiendo de la reflexión crítica, sino a través de la incomodidad que la acompaña. El equilibrio que ha sido descompuesto por el advenimiento de un dilema, lleva a un estado en el que estamos listos para aprender cualquier cosa que alivie la angustia.
Incomodidad
La reflexión crítica puede ser una experiencia incómoda, o dar lugar a una incomodidad posterior. Ver perturbada nuestra comprensión y nuestras maneras de interpretarnos a nosotros mismos, a nuestra experiencia y al mundo, es algo que puede producir incertidumbre, miedo y pérdida de confianza. Nuestro mundo puede verse sacudido por la reflexión crítica porque ello puede implicar enfrentarse a los propios demonios de uno. Sin duda, el conjunto de nuestro autoconcepto puede verse cuestionado por la reflexión crítica, ya que los retos y negaciones de nuestros convencionales criterios de autoevaluación están siempre cargados de amenaza.
La incomodidad puede surgir cuando se cuestionan nuestros valores personales: a veces estos aprendizajes dolorosos y amenazadores tienen que ver con contradicciones que hay en uno mismo. Todo aprendizaje que surge de este dilema es doloroso y amenazador, ya que dos creencias distintas no pueden coexistir abiertamente, y todo aprendizaje que emerja de la contradicción implica un cambio definido en la estructura del yo. Sin embargo, la incomodidad puede en última instancia convertirse en una experiencia positiva. Puede surgir una nueva percepción y comprensión partiendo de las cenizas que han quedado de experiencias negativas. Todo aprendizaje significativo es en cierto grado doloroso e implica turbulencia.
Otro problema con la reflexión crítica es que puede ser difícil detener esta actividad. Algo que no siempre puede encenderse y apagarse a voluntad.
Construcción de sentido
El aprendizaje profundo puede ser consecuencia de un planteamiento reflexivo de la educación. No resulta sorprendente entonces que un importante resultado potencial de la reflexión crítica sea la creación de sentido. Puede incluir dotar de sentido la experiencia pasada, crear una nueva comprensión del presente y aportar una base para la acción futura.
La reflexión crítica es la herramienta para dotar de sentido el aprendizaje mediante la participación activa y cooperativa en la comunidad de aprendizaje. A través de la construcción de sentido y la adquisición de una percepción más profunda, la reflexión crítica puede contribuir al aumento del desarrollo intelectual. Cuando se implican en el discurso crítico que concierne a sus reflexiones. Esto puede contribuir a ser conscientes de que diversas perspectivas pueden tener la misma validez e inducir la voluntad de criticar nuestro propio razonamiento, cosa que forma parte del más elevado nivel de juicio reflexivo.
Reconociendo que con frecuencia existe más de una respuesta o solución a cualquier pregunta o problema, las distorsiones epistémicas pueden por tanto reducirse o eliminarse. Puede argumentarse que la reflexión crítica, especialmente si concierne a la autorreflexión, puede alimentar un aumento del desarrollo personal, además de un incremento del desarrollo intelectual. Aprender a examinar diferentes alternativas y perspectivas puede garantizar un desarrollo acelerado de la madurez. Reflexionar en torno a las ideas preconcebidas que subyacen a nuestras ideas y acciones o a las de los demás, y contemplar formas alternativas de pensar y vivir, es una de las maneras más importantes de convertirnos en adultos.
Extraído de: Deeley, S. J. (2016). El aprendizaje-servicio. Teoría, práctica y perspectiva crítica. Narcea: Madrid.
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