El juego es seriedad, porque en el juego está el espíritu. Jugando, el niño ejercita su espiritualidad.
El jugueteo mata el espíritu. Es asunto de los mayores.
Iban tres mujeres con un pequeño, y pasaron frente a una vitrina que exhibia a Hänsel, Gretel y a la Bruja, en forma de muñecos. Hänsel estaba encerrado en su jaula.
El niño preguntó: ¿Por qué encerró la bruja al hermano?
La primera mujer respondió: para que no se escape.
La segunda: porque quiere degollarlo.
La tercera, que era la madre del niño: porque es mala
La 1ª respuesta es banal, la 2ª utilitaria. Ambas ilusorias pero la 3ª respuesta es esencial, porque es moral.
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